
En Coppyblogger, Mark Anthony objeta el uso de metáforas bélicas para el lenguaje de los negocios. No quiere más campañas que ganen clientes, divisiones que lleven adelante tácticas y estrategias, ni oficiales que formen parte de gerencias de operaciones.
Si bien reconoce que esas figuras pueden tener sus usos todavía ("seamos honestos, pueden hacer que todo el proceso parezca más heroico y excitante en una mañana de lunes"), prefiere igualmente reemplazarlas por las de una disciplina infinitamente más pacífica: la jardinería.
Anthony propone que cultivemos relaciones y hagamos crecer clientes. Y que más que esperar victorias fulminantes, trabajemos convencidos de que las recompensas llegan con la paciencia y esfuerzo sostenido que requiere un jardín bien cuidado.
No está mal. Y ya que estamos, mientras pintamos de verde nuestra prosa, quizás sea posible desarraigar la jerga y podar las palabras de más que muchas veces sembramos en ella.
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