Arranca el segundo semestre de mis talleres en el Rojas


A partir del 19 de agosto 

Taller Técnicas de escritura

Sebastián Adúriz

Dónde: Sede Tucumán 3959, Abasto.
Cuándo: Los viernes de agosto, septiembre y octubre de 9.30 a 11.30 (8 encuentros) 

Comienzo: viernes 19 de agosto 

Inscripción en www.rojas.uba.ar (Código JA.1LE.99)


El taller ofrece a sus participantes un menú de recursos para escribir mejor. A través de distintas actividades —ejercicios de escritura en clase y de una clase a otra, análisis de la prosa de escritores, diferenciación de géneros—, incorporarán herramientas para construir una prosa narrativa o argumental clara y atractiva.

A partir del 21 de octubre


Taller Técnicas de escritura digital
Sebastián Adúriz

Dónde: Sede Tucumán 3959, Abasto.
Cuándo: Los viernes de octubre, noviembre y diciembre de 9.30 a 11.30 (8 encuentros) 

Comienzo: viernes 21 de octubre 

Inscripción en www.rojas.uba.ar (Código JA.1LE.98)


A partir de pensar cómo Internet y las redes están transformando los modos de leer y escribir, los participantes del taller accederán a un menú de recursos para escribir en redes y blogs. Trabajarán conectados en clase y, además de elaborar distintos tipos de posteos y entradas, analizarán publicaciones digitales varias, examinarán ejemplos de narrativa digital y editarán colectivamente.




Nueva edición del taller Técnicas de escritura (y una descripción actualizada de él)

Taller Técnicas de Escritura
Sebastián Adúriz

Dónde: Sede Tucumán 3959, Abasto.
Cuándo: Los viernes de abril, mayo, junio y julio de 9.30 a 11.30 (16 encuentros) Comienzo: Viernes 1 de abril

Inscripción en www.rojas.uba.ar (Código JA.1LE.78)





En un par de viernes voy a estar iniciando una nueva edición de Técnicas de Escritura, el taller que hace más de quince años tengo en el Centro Cultural Ricardo RojasYa escribí en otras oportunidades sobre él, pero, como el taller y el entorno han ido evolucionando, quizás sea bueno documentar algunos de estos cambios  y ofrecer una versión más actualizada.  

En su origen, allá por el 2000, el taller arrancó como un espacio de aprendizaje bien práctico. Mi propósito central era ayudar a incorporar recursos y estrategias para escribir mejor, cualquiera fuera el tipo de textos que los asistentes tuvieran en mente (y también cualquiera fuera el tipo de asistente que se acercara). Eran momentos en que la mayoría de los talleres literarios se alimentaban casi exclusivamente de la creatividad que pudieran despertar distintas consignas, sin preocuparse mucho de otros aspectos más concretos. Así que, en un primer momento, me orienté enfáticamente a mostrar que antes que nada escribir es una técnica, un oficio. Me preocupaba por enseñar cómo construir una prosa activa y clara, sin jerga, con estructuras de párrafos bien hilvanadas y con la mayor riqueza posible de recursos retóricos. 

Con los años, el taller, sin abandonar esa primera identidad, se fue transformando al ritmo de mis propios cambios y también a los que ha sufrido la propia escritura: piensen, por poner el ejemplo más evidente, que cuando empezó el taller prácticamente no existían las redes sociales.

Ahora, además del abordaje técnico, también me preocupo, en igual medida, por indagar en las emociones y las ideas de quienes vienen al taller, tratando de identificar prejuicios y temores, que exceden largamente al miedo de la hoja en blanco.  ¿Me angustia releer mis propios textos? ¿Doy muchas vueltas antes de sentarme a trabajar? ¿Me frustro si no obtengo resultados satisfactorios inmediatamente? Cuestiones como estas -que, generalmente, suelen ser problemas comunes de todos quienes escriben- también tienen su lugar y son abordadas desde una perspectiva técnica.

Paralelamente, también ha ido creciendo cada vez más el espacio que dedico a los recursos narrativos. Por mi trabajo, estoy obligado a escribir relatos en muchas de sus variedades. Y también a insertarlos en los intersticios de géneros donde su presencia no es tan habitual, como por ejemplo, presentaciones, informes y discursos.  Por eso, me interesa que quienes vienen con un formación más argumental descubran las posibilidades que les ofrece el discurso narrativo: en otras palabras, que aprendan cuándo explicar, cuándo mostrar, y cuándo hacer ambas cosas.    

Simplificando, el taller transita actualmente sobre tres ejes (para saber más sobre la dinámica de las clases les recomiendo  ir acá):
  • recursos para ejecutar un estilo llano y contemporáneo, una definición que incluye las novedades de la escritura digital y de la nueva narrativa
  • recursos para sortear problemas como bloqueos o interrupciones en el proceso creativo que puedan estar afectando la escritura  
  • recursos para contar historias


En todos los casos, trato de que estén contemplados la mayoría de los usos posibles que se le pueden dar a la escritura: comunicar,  provocar una experiencia, entretener, divulgar, ayudarse a uno mismo a pensar.  Porque si hay algo que el taller ha mantenido constante es la variedad de asistentes e intereses que confluyen en él. Desde blogueros a amas de casa, desde profesionales a estudiantes de las más diversas especialidades, de gente que escribe profesionalmente o otra que lo hace en los ratos libres que le dejan sus trabajos.  Esta diversidad es algo que disfruto enormemente porque siempre, siempre, hace la experiencia más rica y más plena de novedades. 

Si hay alguien por ahí con ganas de traer las suyas a esta edición será más que bienvenido. 



Gov.uk: el sitio que les escribe claro a los ingleses

Si trabajaras generando contenidos para el sitio web del gobierno inglés, posiblemente te sorprenderías con algunos de los verbos que tendrías prohibidos.

Por ejemplo, colaborar. En Gov.uk no se colabora, se trabaja con. Ni tampoco se facilita; las cosas se hacen o no se hacen. Ni siquiera se dialoga: se habla. Y así con una larga lista que incluye impactar, focalizar o entregar (to deliver, salvo que sean pizzas, aclaran con ironía en este último caso).  


Gov.uk –un favorito de esta consultora, como les consta a clientes y alumnos– es quizás uno de los mejores ejemplos de escritura institucional contemporánea. Y no solo por su defensa enfática de una prosa llana, sino por su arquitectura y el principio que la rige: responder siempre, lo más rápido posible, a las necesidades de sus visitantes. “Todas las partes del diseño y la arquitectura, y toda pieza de contenido publicado, debe responder a una necesidad válida de los usuarios. La gente visita Gov.uk para resolver una tarea puntual, tal como conseguir una licencia de conducir o saber dónde vota”, explica el propio sitio.  

Lo cierto es que el diseño general del sitio, que presenta un aspecto en el que predomina el fondo blanco y el texto, bien en sintonía con lo que históricamente pregonó Jakob Nielsen, le ha valido en 2013 el premio más importante de diseño de Gran Bretaña y haber superado recientemente la cifra de 2 mil millones de visitas desde su lanzamiento en 2012. En la actualidad, el sitio, en permanente actualización, continúa con su objetivo de centralizar todos los servicios estatales: ya está en la etapa de abastecer a públicos profesionales y de especialistas.

En la Argentina, también es posible encontrar ejemplos gubernamentales que responden a estos principios. A mí me gustan especialmente los sitios de Desarrollo Social –en cuyo rediseño tuvimos la suerte de trabajar el año pasado–, del Anses o el del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Todos ellos procuran hacerles la vida fácil a sus visitantes, para lo cual, por supuesto, es esencial hablarles del modo más claro posible.    

Nueva edición de taller de verano sobre escritura de divulgación

El próximo viernes 19 de febrero voy a dictar en el Rojas el taller de verano "Técnicas de divulgación: cómo escribir para todos". 

Es un taller breve de cuatro clases dirigido a investigadores, científicos y profesionales, en el que básicamente hacemos tres cosas:

-Entender las claves de la divulgación científica aplicadas a escribir.
-Incorporar algunos recursos para componer un texto en lenguaje llano.
-Armar el plan de un artículo y redactar sus partes principales.


El taller suele funcionar muy bien para quienes traen a clase un proyecto de artículo o para aquellos que quieren asomarse a la divulgación, luego de haber pasado mucho tiempo sumergidos en un universo de especialistas. 

El que esté interesado puede entrar acá para inscribirse