Mañana, taller de redacción en la UP

Mañana, 1 de septiembre, repetimos con María Curubeto el taller de Redacción Corporativa en la Universidad de Palermo. Nos fue bien en la primera edición a principios de año, así que nos convocaron para que lo volviéramos a dar en el segundo semestre.

Como siempre, vamos a pensar un poco como escriben las organizaciones argentinas (ver el post anterior) y fundamentalmente trabajaremos sobre recursos de composición y edición. Ojalá que resulte de nuevo una linda experiencia como la última.

Acá, más información.

Vertical, horizontal y 2.0: 3 modelos de empresa, 3 modos de escribir

En el post anterior hacía referencia a cómo las empresas argentinas promueven un modelo de prosa que se ajuste a sus características y necesidades. Una especie de dime cómo escribes y te diré en qué tipo de empresa trabajas.

Este breve listado de características puede ayudar a identificar de qué estoy hablando.

Empresa vertical:

-El emisor es más importante que el destinatario.
-Valores: corrección gramatical, formalidad.
-Géneros típicos: comunicados, cartas, memorandos, minutas, informes.
-Estilo: "empresario", formal.
-Frase clave: "Un error de ortografía puede arruinar la imagen de la compañía."


Empresa horizontal:

-El lector es tan importante como el emisor.
-Valores: legibilidad, persuasión.
-Estilo: llano, atractivo, "con gancho".
-Géneros típicos: notas, artículos, gacetillas de prensa, presentaciones.
-Frase clave: "Los buenos textos favorecen la gestión"


Empresa 2.0:

-El lector construye el texto con el emisor.
-Valores: interactividad, brevedad, apertura, combinación multimedia.
-Estilo: informal, conversacional, breve, desprolijo, vinculado.
-Géneros típicos: posts, tweets, comentario.
-Frase clave: "Esto lo vamos armando entre todos".

Creo que entender cuál es el estilo imperante de las compañías en las que trabajamos puede, entre otras cosas, ayudarnos a sortear algunas de las tensiones que habitualmente aparecen en torno a los textos empresarios.

Por poner un ejemplo, quizás invocar un lector apurado pueda hacer que un viejo gerente nos permita dar vuelta oraciones pasivas y podar eventuales giros innecesarios. Y mostrarle otros valores además de la corrección ortográfica pueda ayudar a que no se enemiste tanto con las desprolijidades de la nueva escritura de Internet.

El castellano antiguo contenía numerosas faltas de ortografía


Una noticia del Mundo Today, un sitio español que acabo de descubrir por casualidad. A lo revista Barcelona, son capaces de reirse de cualquier cosa. Estas "noticias" del escritor Vila-Matas me causaron mucha gracia también.

Talleres y más talleres

En los últimos tres meses estuve dando muchísimo talleres. A lo habituales en la Maestría de Comunicación de la UCES y en el Rojas, se sumó uno nuevo con María Curubeto en la Universidad de Palermo. Pero fundamentalmente tuvimos muchas actividad dentro de empresas.
En ellas estuve frente a públicos bien variados: el equipo de márketing de una compañía industrial, los comunicadores de una concesionaria del estado, los responsables de una revista interna de una administradora de salud, por nombrar los más importantes y los más numerosos.
Muchas de las situaciones que se presentaron formaron parte de lo habitual. Enumero algunas: la avidez por incorporar recursos técnicos que permitan resolver rápido y bien los encargos de escritura, la tensión que sobrellevan muchos escritores corporativos tratando de satisfacer simultáneamente a sus fuentes y a sus lectores, el descubrimiento de que los contenidos se repiten pero los géneros cambian, y hasta cuestiones menores como el mal uso de mayúsculas.

Pero si se quiere, la novedad de esta última tanda de talleres es comprobar cómo actualmente conviven tres modos de escribir en las empresas argentinas. ¿A que me refiero? A que el estilo de la prosa varía según la empresa responda a un modelo de gestión más vertical y mecánico o más horizontal y orgánico.
Para decirlo rápido: a más antiguo el modelo de la empresa, más importante es el texto como reflejo del emisor. A más actual, más importante como herramienta de gestión.

En el primer caso, el énfasis está puesto en conseguir una prosa empresaria, formal, sin errores. En el segundo, lo que importa es la legibilidad del texto y que se adapte a los requerimientos de sus lectores.

Y ya empieza a notarse un tercero, propio del modelo 2.0, donde lo que importa es que los textos convoquen a la participación.