Comienzan los talleres de escritura


En 2012, lanzaremos nuevas ediciones de nuestros talleres sobre técnicas de escritura y redacción corporativa:

· Técnicas de Escritura en el Centro Cultural Rojas. Este espacio intenta que sus asistentes descubran recursos para escribir mejor. Se dicta todos los lunes de 18 a 20 en la sede del Rojas en Tucumán y Jean Jaurés, en el barrio de Abasto. Van a encontrar toda la información para inscribirse en el sitio del centro cultural.

· Redacción Corporativa en la Universidad de Palermo. En este taller, pensamos cómo escriben las organizaciones argentinas y fundamentalmente trabajamos sobre recursos de composición y edición. Esperamos que resulte de nuevo una linda experiencia como las que realizamos junto a María Curubeto el año pasado con muy buenos resultados. Pronto publicaremos más información sobre días y horarios de cursada.


Escribimos el libro de los 25 años de McDonald’s en la Argentina

Finalmente, salió a la luz el libro de los 25 años de McDonald’s en la Argentina, del que les hablamos en este post . Puntualmente, reconstruye en diez capítulos la trayectoria de Arcos Dorados, la compañía que está detrás de la marca y que hoy tiene alcance latinoamericano.

El desafío de este proyecto era describir por primera vez una historia que nunca había sido contada (y mucho menos plasmada por escrito). Para ello, hicimos entrevistas presenciales a más de 20 personas, directivos y antiguos proveedores y empleados, que nos dieron su propia visión de la compañía, nos trasmitieron los valores que la caracterizan y nos contaron sus anécdotas.

Con toda la información reunida, establecimos una lógica en la narración que nos permitiera contar la historia de Arcos Dorados en paralelo con la situación socioeconómica del país. Para cada década elaboramos un concepto distintivo; la del 80, por ejemplo, trató la llegada de la marca y el comienzo de su relación con los argentinos. También dedicamos capítulos a las áreas y personas claves para la compañía: la historia de la comida y los locales, y el vínculo con proveedores y empleados, entre otros temas, ocuparon esas páginas.

En cada caso, escribimos un texto central con la información más relevante. Junto a él, incluimos destacados, fotos con epígrafes, infografías y recuadros que presentaran distintos niveles de lectura y ayudaran al público a acercarse al texto de diferentes modos.

El resultado, a nuestro modo de ver, es un libro, que a la vez que refleja la historia de la compañía, trasmite sus valores y el modo de ser de su gente.

Novedosas novedades ortográficas

La semana pasada, terminamos de escribir un libro conmemorativo de más de 100 páginas para una gran empresa local. Fue un proyecto ambicioso: duró unos cuantos meses, y nuestro trabajo incluyó tanto las entrevistas previas para recopilar información como la arquitectura y la redacción de los textos. Además, coincidió con la puesta en vigencia de las reglas de la Ortografía de la lengua española, de 2010.

Al momento de validar los textos, las dudas y los comentarios que las nuevas normas despertaron en expertos y académicos el año pasado resurgieron, esta vez, en el equipo de trabajo. Nuestros interlocutores, también comunicadores, miraban con cierto asombro que ex se escribiera pegado al sustantivo (como en exempleado) y que las cifras fueran separadas y sin punto (14 000 en lugar de 14.000). Sin embargo, para nosotros los cambios también fueron difíciles de incorporar: ¿cómo que ahora solo va siempre sin tilde? ¿Por qué en provincia de Buenos Aires el topónimo va en minúscula?

Acostumbrarnos a la nueva ortografía será cuestión de tiempo; mientras tanto, compartimos algunas de las nuevas reglas, que tomamos de este documento de la Fundéu.

¿Cómo se escriben ahora?

- Los cargos y tratamientos (señor, don, etc.) van siempre en minúscula: si el rey de España acepta esta regla, bien puede hacerlo el gerente general de cualquier compañía. La excepción son las abreviaturas de los tratamientos, que van en mayúscula: Sr. Juan, D. Rodrigo.

- El prefijo ex va pegado a la palabra siguiente pero separado si le sigue un nombre compuesto y con guion si le sigue una sigla, un nombre propio o una cifra. Entonces: exnovio. Pero ex primer ministro y ex-OTAN.

- Tilde. Ya no la llevan solo, cualquiera sea su significado, ni los demostrativos este, ese, aquel, etc. Tampoco las siguientes palabras, que son monosílabos: guion, Sion, ion, truhan, frio (de freir). Con voseo: fias, lia (y no fiás, liá).

- Las siglas que se leen como palabras corrientes van en minúsculas si corresponden a nombres comunes (ovni, radar, módem) o con mayúscula si corresponden a nombres propios (Mercosur, Fundéu); se acentúan según las normas generales.

No uses contenidos de la RAE porque el Grupo Planeta te intima

Delicias del mundo en el que vivimos.

No sé a qué acuerdo habrá llegado la Real Academia Española con el Grupo Planeta que ahora este último se siente el dueño de una marca y actúa en consecuencia. Según ellos mismos, la RAE es una marca protegida, y comunicar públicamente algunos de sus contenidos es una violación de la Ley de Propiedad Intelectual.

De todo esto se enteró pocos días atrás Ricardo Soca, responsable del sitio La página del idioma español y del boletín gratuito La palabra del día de más de 200 mil suscriptores. Soca recibió un mail del departamento legal del Grupo Planeta, en el cual se lo acusaba de violar leyes y reales decretos del reino español, y se lo intimaba a retirar de su sitio todos los enlaces a contenidos de la institución académica. Soca los quitó, pero no dejó de expresar su desacuerdo y malestar por el procedimiento.

No es el único. La noticia está circulando desde ayer en twitter (sigan a @RicardorSoca y van a poder leer muchas de las muestras de apoyo que está recibiendo) y ya hay un par de blogs que se están haciendo eco de la noticia. Los posts acá y acá.

En fin. Parafraseando algunas políticas del estado argentino, modestamente apoyamos una "RAE para todos", cuyos contenidos sean difundidos por todo aquel que tenga ganas de hacerlo. Porque si esto sigue así, no va a faltar mucho para que alguien establezca una tarifa para consultar el sitio de dudas de la RAE.

Lenguaje de negocios: jardineros antes que soldados



















En Coppyblogger, Mark Anthony objeta el uso de metáforas bélicas para el lenguaje de los negocios. No quiere más campañas que ganen clientes, divisiones que lleven adelante tácticas y estrategias, ni oficiales que formen parte de gerencias de operaciones.

Si bien reconoce que esas figuras pueden tener sus usos todavía ("seamos honestos, pueden hacer que todo el proceso parezca más heroico y excitante en una mañana de lunes"), prefiere igualmente reemplazarlas por las de una disciplina infinitamente más pacífica: la jardinería.

Anthony propone que cultivemos relaciones y hagamos crecer clientes. Y que más que esperar victorias fulminantes, trabajemos convencidos de que las recompensas llegan con la paciencia y esfuerzo sostenido que requiere un jardín bien cuidado.

No está mal. Y ya que estamos, mientras pintamos de verde nuestra prosa, quizás sea posible desarraigar la jerga y podar las palabras de más que muchas veces sembramos en ella.


Jardines de <span class=

Contenidos originales y textos de calidad para mejores posiciones en Google


Al parecer, Google quiere que nuestros textos sean cada día mejores. Este año actualizó su algoritmo y nos obliga a desempolvar la pluma para posicionar nuestros sitios web en el buscador. Este nuevo algoritmo se llama Panda e incorpora nuevos criterios al indexar páginas. ¿El objetivo? Que el lector acceda a páginas de mayor calidad.

La pregunta del millón es entonces ¿qué es un contenido de calidad para Google? La respuesta tiene varias patas. Un contenido de calidad se construye a partir de diferentes ingredientes. Allí confluyen buena redacción, estilo cuidado, y -por sobre todo- originalidad y relevancia informativa. 

Tres claves para generar textos indexables por Panda
A grandes rasgos, estos son algunos consejos para tener en cuenta al evaluar si el contenido de tu website cumple con los requisitos de Panda:
  1. Buena redacción. El nuevo algoritmo de Google está atento a las faltas de ortografía y errores gramaticales. Es importante corregir los textos de tus comunicaciones digitales. Si tenés a mano un redactor experto, mucho mejor. Si no es así, leé atentamente tus textos y, por favor, utilizá un corrector gramatical.
  2. Estilo cuidado. Ya pasaste su texto por un corrector. Todas las palabras están bien escritas y las estructuras gramaticales son adecuadas. ¿Y el estilo? Parece tomado de Wikipedia. No te desanimes. Buscá sinónimos, embellecé los titulares, incorporá niveles de lectura. Revisá sus textos nuevamente. Podés leerlos en voz alta, más allá del riesgo al ridículo, es un excelente recurso para detectar cacofonías, repeticiones y frases hiperbólicas.
  3.  Originalidad y relevancia informativa. Este último punto es el más importante. Uno de los principales objetivos de Panda es erradicar los sitios web con texto copiado de otros sites. NO te copies. Panda es como esa maestra de quinto grado que te incautó el machete que tanta dedicación y prolijidad te había demandado. Panda le dice “no” al camino fácil. Brindá información original y que sume nuevos conocimientos para tus lectores. De este modo no sólo te encaminarás a obtener una buena posición en el buscador, también tu público te lo agradecerá y te valorará como una fuente confiable.

Los discursos internos del CEO: charla en la UP con la gente de Petrobras

El próximo 6 de septiembre, junto a Luciano Lauría de Petrobras, vamos a estar hablando en la UP sobre cómo elaborar discursos y mensajes de presidentes de empresa, uno de los principales recursos para divulgar internamente la estrategia y el rumbo de una compañía. Puntualmente, trataremos de mostrar de qué modo insertamos mensajes clave, establecemos una continuidad en la propuesta argumental y asociamos una expresión de calidad con la principal figura de la empresa.
La charla, que comenzará a las 19, formará parte del observatorio de Comunicación Interna, un espacio de reflexión y difusión sobre esta disciplina. Además de nosotros habrá presentaciones de las agencia BWComunicación y Oxean.
Los esperamos a todos. La actividad es libre y gratuita, con inscripción previa. Pueden inscribirse llamando al 5199 4500 (int. 1502, 1530, 1570) o escribiendo a consultasdc@palermo.edu.

AE entre los impulsores de la Comisión de Agencias de la AAdeCI

Desde junio de este año, Adúriz Escritura forma parte de la Comisión de Agencias de la Asociación Argentina de Comunicación Interna (AAdeCI). La comisión, que está dando sus primeros pasos, está integrada por consultoras locales y tiene como principal objetivo consolidar una práctica cada vez más importante: comunicar hacia el interior de las organizaciones.
Si bien en AE no somos estrictamente una consultora de la especialidad-mucho de nuestro trabajo la excede y, en algunos casos, ni siquiera está relacionado con empresas-, sí hemos consolidado a lo largo de la última década un desarrollo interesante y sostenido en la materia. Hemos, por ejemplo, participado en la elaboración de muchas revistas y manuales, ayudado a lanzar blogs y redes internas, y cada año escribimos centenares de contenidos para intranets y otras publicaciones internas.
De hecho, en lo que seguramente sea una de las primeras presentaciones orgánicas de la comisión expondremos sobre algo que también venimos haciendo sostenidamente durante el último tiempo. Durante la primera semana de septiembre, junto a la gente de CI de Petrobras, vamos a contar nuestra experiencia como escritores de los mensajes y discursos internos del CEO. La actividad será parte del Observatorio anual de Comunicación Interna y tendrá lugar en la Universidad de Palermo.
Apenas tengamos la información precisa nos complacerá invitarlos a todos.

Arranca una nueva edición de Técnicas de Escritura


El próximo 8 de agosto empieza una nueva edición del taller Técnicas de Escritura en el Rojas. Quienes estén interesados pueden inscribirse en la sede del centro cultural de la UBA, Corrientes 2038, Ciudad de Buenos Aires.

En 16 clases, nos enfocaremos en poner en práctica los distintos recursos que pueden hacer un texto más sólido y atractivo, cualquiera sea su naturaleza.

Va todos los lunes de 18 a 20 en la sede de Tucumán 3035.

No salgas con una chica que lee

El texto, una pequeña maravilla, lo trajo Diana Isabel Hernández a la clase de despedida del Rojas. Su autor es Charles Warnke, un escritor californiano de muy breve biografía: tiene sólo 21 años.

Lo que Warnke aconseja -desesperadamente- es salir con chicas iletradas y evitar a las que leen. (You should date an illiterate girl). Y realmente ofrece buenas razones.

Si el tema les interesa, alguien que sondea habitualmente la temática es Maxi Tomas, el director del suplumento cultural de Perfil, de quien tomamos prestada la foto.

Acá va la versión original y acá, la versión que tradujo el Malpensante, con respuesta de Rosmarie Urquico incluida.

Cursiva, ¿cuándo usarla?


La famosa cursiva, también conocida como bastardilla o itálica, aparece en los textos para destacar una palabra, frase u oración. A continuación, sin repetir y sin soplar, los casos en los que –según la página de la Wikilengua recomendada por la Fundéu– se usa la cursiva.

- Cuando se aclara la nomenclatura científica de animales y plantas: Margarita, Leucanthemum vulgare y León, Panthera leo.

- En los casos en los que el lenguaje se explica a sí mismo (metalenguaje): El verbo amar pertenece a la primera conjugación. (En la introducción de este post tienen otro ejemplo).

- Si se incorporan extranjerismos con su ortografía original: Los programas de televisión dependen del rating.

Al respecto, García Negroni aclara que los latinismos aceptados por la RAE van en redonda: quórum, statu quo, réquiem

Pueden leer más acerca de los extranjerismos en nuestra lengua, en este post.

- Ante apodos o alias de personas, cuando van acompañados del nombre real (si no van en redonda): Esteban Cuchu Cambiasso pero Cuchu Cambiasso. Juan Ramón la Bruja Verón pero La Bruja Verón. Si el sobrenombre está detrás del nombre va entre comas: Ernesto Guevara, el Che.

- Para nombrar títulos de libros y nombres de obras de arte (piezas musicales, pinturas, películas, etc.): Estuve leyendo El Quijote el último fin de semana. Siempre escucho la 9na. sinfonía de Beethoven para relajarme. En el museo exhiben Juanito durmiendo, de Berni.

Ortografía y gramática, aspectos clave de los negocios en línea


Una nota que la BBC publicó la semana pasada resalta la importancia de una redacción clara y correcta para el éxito de los sitios de venta online. El autor de esta conclusión es Charles Duncombe, director del grupo Just Say Please, de Gran Bretaña, quien asegura que los errores de gramática y ortografía pueden disminuir a la mitad las ventas de un sitio web.

Analizando las cifras de venta de diversas páginas, Duncombe descubrió que este tipo de errores pueden terminar de disuadir a un consumidor inseguro sobre la credibilidad de los sitios. De acuerdo a un estudio que hizo con las estadísticas de la página www.tightsplease.co.uk afirma, además, que cuando un error es corregido los ingresos por cliente aumentan al doble.

William Dutton, director del Oxford Internet Institute de la universidad homónima, respalda esta idea. En la nota dice que si bien en algunos sitios más informales –como Facebook– hay más tolerancia hacia los errores, no ocurre lo mismo con las páginas de inicio de los sitios de empresas o con las páginas de venta online. Y agrega que para un consumidor preocupado por posibles intentos de spam o estafas cibernéticas un solo error puede ser determinante.

Dar en la tecla

Paradójicamente, la necesidad de escribir correctamente hace que muchas empresas con tecnología de punta dependan, como Duncombe dice, de la habilidad más tradicional de todas. “Cuando vendés o comunicas algo en Internet, el 99% del tiempo lo hacés por medio de la palabra escrita”, explica.

Esto presenta un desafío para las empresas, que tienen que asegurar la buena redacción de sus empleados. En este sentido, desde la Confederación de las Industrias Británicas, atestiguan que muchas compañías inglesas tuvieron que invertir en cursos de escritura para sus empleados.

Aquí se puede leer la nota entera de la BBC (en inglés) y aquí la versión que publicó Clarín.

La lengua, el mayor capital

Aquí, un link a un video de la Fundéu en el que periodistas latinoamericanos y españoles hablan de la importancia de hacer un uso correcto del idioma y definen a la lengua como el mayor capital para hacer su trabajo.

La Academia Argentina de Letras responde tus dudas

Hace unos días comentábamos la creación del nuevo manual de estilo de la Fundéu, un espacio interesante para debatir y preguntar sobre la escritura en los nuevos medios. Ahora bien, si de recursos de consulta se trata, nuestro afecto se inclina hacia uno bien nuestro: el servicio que brinda el Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras.

Quien tenga una duda sobre cómo se escribe una palabra –si va con mayúscula o minúscula, si su género es tal o cual, y diversos etcéteras– puede llamar de lunes a viernes, de 13.15 a 18.45 al (5411) 4802-2408 / 3814 interno 4. Para cuestiones literarias que requieran una investigación más profunda, está la dirección de correo electrónico consultas@aal.edu.ar.

Cualquiera sea el medio, la respuesta vendrá de parte de Josefina Raffo o Santiago Kalinowski, quienes trabajan bajo la supervisión de los directores del departamento Francisco Petrecca y Susana Anaine.

Tres décadas ayudando a escribir

El servicio de atención de consultas telefónicas de la Academia Argentina de Letras existe hace más de 30 años y, según testimonia su página, atiende alrededor de 9000 preguntas anuales (que en varias oportunidades fueron recopiladas en fascículos y libros). Hasta hace poco, las dudas se recibían por teléfono y ¡por correo postal! Con las nuevas tecnologías llegó también el servicio por correo electrónico.

Los llamados y mails son de lo más variados: con el servicio se comunican desde escuelas y ministerios, hasta agencias de publicidad y particulares. Les recomendamos que se den una vuelta por el sitio de la Academia, que dicho sea de paso está cumpliendo 80 años.


La sede de la Academia en Recoleta,
Buenos Aires

¿El nuevo estilo de los manuales de estilo?

Si antes la norma era una sola, establecida por unos pocos para muchos, hoy los nuevos medios parecen abrir el paso para que sean los usuarios los encargados de dialogar y reflexionar acerca de la mejor manera de expresarse.

El proyecto recientemente creado por la Fundéu brinda el espacio para esto. Se trata de Estilo, “un manual de los nuevos medios hecho en un medio nuevo”, como ellos lo definen. Estilo es todavía un blog pero pronto será una página web elaborada a partir de los aportes de la institución y de las recomendaciones, ideas, consejos, etc. que blogueros, lingüistas, periodistas y profesionales del mundo hispanohablante publican allí diariamente.

Si quizás en un primer momento sus creadores imaginaron un manual cerrado, la lógica del mismo canal debe haberlos hecho pensar en otro camino. Lejos de los antiguos textos, este nuevo medio abre la puerta al debate, como lo describe en esta entrada el célebre filólogo y lexicógrafo Manuel Seco: “Hay personas que ante cualquier duda del lenguaje, esperan siempre una respuesta tajante. Muchas veces la hay; pero muchas veces la solución ha de ser matizada”.

Allí mismo, la institución hace un resumen de los recursos que ofrece y destaca la diferencia entre ellos y el nuevo espacio: “Para emitir recomendaciones lingüísticas está la página de la Fundéu BBVA, para construir o recoger sesudo conocimiento enciclopédico está la Wikilengua; para preguntar, dudar, avanzar y dar marcha atrás está este blog: una suerte de guerrilla de la lengua a la que no le importa tropezar, si el tropiezo es parte del avance”.

Esta es la propuesta de este wikimanual de Fundéu, entonces. Una herramienta tal vez menos académica pero igual de útil, donde la discusión está a la orden del día y donde, entre todos, es posible construir nuevas formas de evaluar lo correcto y lo incorrecto, lo que conviene y lo que no.

Santander Río y su apuesta a los contenidos de fondo

Hace ya varios años que venimos trabajando con Santander Río. De las muchas virtudes que caracterizan su comunicación interna, una de las más importantes es la confianza que asignan a la producción de contenidos. El banco cree que empleados bien informados, al tanto de los fundamentos que guían sus políticas y objetivos estratégicos, hacen un mejor trabajo.

Una de las últimas muestras de esa convicción es el Anuario 2010 de su revista mensual Ideas. La publicación, dirigida exclusivamente al público interno, aborda uno a uno los grandes temas de la gestión presente y futura. Temas como la innovación tecnológica del negocio, el compromiso del banco con los sectores productivos del país o la estrategia comercial de aumentar los niveles de bancarización en la población, son abordados en profundidad en distintos artículos de fondo, acompañados por entrevistas breves y textos más fragmentarios.

Efectivamente, el anuario con sus más de 70 páginas de artículos, reportajes, infografías y pastillas de datos representan un muestrario acabado de en qué anda Santander Río, de por qué hace lo que hace. Algo que cualquier empleado del banco valorará a la hora de dotar de sentido a su tarea cotidiana.













El anuario estuvo dirigido por las responsables del área Vanesa Marignan y Juliana Maíz Casas, diseñado por HT Contenidos y escrito por Bruno Armento y Alfredo Dillon, de esta consultora.

En la foto de arriba, una muestra de uno de los artículos centrales de la publicación: Enrique Cristofani, presidente del banco, repasa la agenda de temas de la institucion con Sergio Galván, el gerente de Comunicación externa y Estudios económicos.

In English? ¿O en español?


La tendencia de incorporar palabras en inglés a los textos en castellano parece ir en aumento en casi todos los ámbitos, y es un tema que suele despertar diversas opiniones.

Una de ellas es la de Álex Grijelmo. En su libro Defensa apasionada del idioma español, el renombrado periodista ibérico explica que si bien el español siempre recibió palabras de otras lenguas –lo que de alguna manera lo fue moldeando hasta ser lo que es hoy–, el caso del inglés es diferente. Parece ser –describe el autor– que “en apenas medio siglo el inglés ha colocado en nuestras bocas tantas palabras como el árabe en ocho centurias”.

Además, a diferencia de lo que sucedió con el vasco, el árabe, el catalán, el francés, el maya o el guaraní (por nombrar algunos idiomas que influyeron al nuestro), los anglicismos que comenzaron a llegar al español a mediados del siglo XX no lo hicieron por el contacto popular sino mediante la letra impresa en periódicos, tratados científicos y otras publicaciones. Por lo que no adaptaron su fonética a la nuestra sino que arribaron –como dice Grijelmo– “con todas sus letras, a menudo impronunciables para un hispanohablante monolingüe”. Lo mismo continúa sucediendo hoy, a través de la televisión, la publicidad y los productos importados.

A excepción de algunos términos que sí se adaptaron (como fútbol, computadora o escáner), hoy el idioma del norte entra en nuestros textos escritos y orales así como suena. En las empresas, las áreas de Publicidad y Marketing (curiosamente, esta palabra está en inglés) tienden a incluir en sus documentos outsorcing, managment, benchmarking y pricing. Lo mismo sucede con Sistemas, donde input, update y download son recurrentes.

Para este comportamiento, Grijelmo esboza una hipótesis: los hispanohablantes se avergüenzan de su lengua y creen que las palabras en inglés suenan mejor, más prestigiosas y elegantes. Esta última, una suposición errada que el autor rebate repetidas veces con buenos ejemplos.

Lo cierto es que un texto cumple su propósito si el lector puede comprenderlo, si no necesita sortear obstáculos para llegar al mensaje. En este sentido, los términos en inglés (o en otro idioma para el caso) pueden generar dificultades en la lectura. Sin embargo, tampoco es bueno fanatizarse. Si una palabra expresa lo que queremos decir seguramente no esté tan mal ponerla en inglés, en itálica y, si es necesario, con una aclaración entre paréntesis. Es decir, si es funcional y no suena demasiado rebuscado, entonces adelante.

¿Ben, Bin o Ibn?

Desde la muerte de Osama (¿o Usama?) parece haber en los medios cierta disputa con respecto a la correcta escritura de su nombre completo.

La Fundéu se inclina por Bin, con i y no con e. Y aclara que, si está presente el nombre de pila, la primera parte del apellido va en minúscula. Es decir: Osama bin Laden o Bin Laden. El diario Clarín elige la misma opción.

La Nación, por su parte, opta por Ben, como bien describe Ricardo Quesada, en su blog "Errar es humano", alojado en el portal de este diario. Allí, el periodista explica que el problema surge principalmente por el modo en que se elige adaptar la grafía árabe al alfabeto latino.

Por último, la RAE presenta la opción más "original": Usama Ibn Ladin. Según dice el diario La Nación en esta nota, la Academia afirma que esta sería la mejor forma de respetar la pronunciación de la lengua árabe, que sólo cuenta con las vocales i, a y u.

Un tema un tanto superficial que confunde más de lo que aclara. Y que, a estas alturas, no creemos que desvele demasiado al principal implicado.

¿Qué pasa con el gerundio?

Hace poco, en la consultora estuvimos editando unos textos de una de las empresas con las que trabajamos. Entre los aspectos que corregimos, había uno que predominaba sobre los demás: el uso incorrecto del gerundio. Cada dos o tres párrafos, este verboide aparecía en lugares inesperados, en frases como “Profundizamos los cambios, cerrando el ejercicio con resultados positivos”, “Ofrecimos cinco cursos de capacitación alcanzando todas las áreas de la empresa” y “Los precios aumentaron, descendiendo luego una vez más”.

Estas oraciones, que así escritas se hacen innecesariamente largas, son todas reemplazables por otras más sencillas (y correctas): “Profundizamos los cambios y así cerramos el ejercicio con resultados positivos”, “Ofrecimos cinco cursos de capacitación para alcanzar todas las áreas de la empresa” y “Los precios aumentaron pero luego descendieron una vez más”.

Entonces, ¿qué pasa con el gerundio? ¿Hay que dejarlo de lado, tal como propuso hace unos años el entonces gobernador de Brasilia, cuando decidió prohibírselo a los empleados públicos del distrito? No, no hace falta llegar a estos extremos, sino sólo aprender a emplearlo bien o, en su defecto, saber cuándo no se puede usar.

En su libro “Escribir en Español”, María Marta García Negroni explica que el uso del gerundio es incorrecto cuando:

- expresa la consecuencia o la finalidad de la acción del verbo principal, como en las dos primeras oraciones de nuestro ejemplo. (En este punto hay ciertas discrepancias. Algunos especialistas sí aceptan este uso pero el criterio general es que no. Más información aquí.)
- expresa una acción posterior a la del verbo principal, tal como la última oración que usamos de ejemplo.
- modifica a un nombre, un objeto indirecto o un circunstancial. Ejemplos: “Le dejé una nota diciéndole que llegaría tarde” en lugar de “Le deje una nota en la que decía que llegaría tarde”. O “Le hablaba a un niño pidiendo limosna” en vez del correcto “Le hablaba a un niño que pedía limosna”.

Por supuesto, el gerundio es parte de la lengua castellana y, como tal, una herramienta más para expresarnos. Así que, ya cerrando el tema, no está de más continuar aprendiendo acerca del uso correcto del gerundio acá y acá . ¿Nuestra recomendación? Seguir empleándolo porque practicando es como más se aprende.

Nos pusimos normativos



-Tengo una duda: ¿se dice “haya” o “haiga”?

Así, bromeando, me saludó el otro día el consultor Alejandro Formanchuk cuando nos encontramos en ocasión de la primera reunión de la Comisión de Agencias y Consultores de la Asociación Argentina de Comunicación Interna. Alejandro, que preside la asociación, quería ser amistoso al darme su bienvenida, hacer una referencia a mi profesión.

No es la primera vez soy recibido así y tampoco va a ser la última: en broma o en serio, la primera relación que mucha gente establece con la escritura tiene que ver con cuestiones vinculadas al uso correcto del idioma, a la ortografía y la gramática. Es habitual que a los miembros de esta consultora nos pregunten sobre cómo se escribe tal o cual palabra, qué acepta o no ahora la Academia, si estamos de acuerdo con las abreviaciones de los mensajes de texto.

Durante mucho tiempo, del mejor modo que pude, traté de esquivar esa asociación entre escritura y normativa. Para escribir bien hay que poner en marcha muchas más operaciones que meramente cumplir con las reglas idiomáticas. Y algunas de ellas bastante más complejas y determinantes para el éxito de los textos contemporáneos que las disposciones normativas.

Sin embargo, me guste o no, la pasión por saber qué está bien y qué está mal en redacción persiste. Fíjense, si no, en este breve parrafito que circuló viralmente por las redes sociales hace muy poco tiempo.

Así que, desistiendo de tanta rebeldía, decidimos también nosotros hacer nuestra pequeña contribución al universo de los consejos gramaticales. De la mano de Sofía Lunazzi, redactora de nuestro equipo, periodicamente iremos dando cuenta de algunos temas que se nos aparecen todo el tiempo en nuestra práctica profesional. Intentaremos, para no duplicar lo que existe en distintos sitios, poner el foco en temas que favorezcan la comprensión rápida de los textos y la producción de estilos más llanos y atractivos. En la primera entrada, a continuación de este post, Sofía se ocupa de los gerundios. Que lo disfruten.

Ah, y una última cosa: el subjuntivo de primera y tercera persona del verbo haber se escribe “haya” y no “haiga”.

¿Por qué a las empresas argentinas les cuesta tanto contar historias?


“Hay un relato pertinente sobre un hombre que trabajaba en una plataforma petrolera en el Mar del Norte. Una noche lo despertó una fuerte explosión, que de pronto hizo que toda la plataforma quedara envuelta en fuego. En pocos segundos, estaba rodeado por las llamas. Entre el humo y el calor, apenas pudo salir del caos y alcanzar el borde de la plataforma. Cuando miró hacia abajo todo lo que él alcanzo a ver eran las oscuras, frías e inciertas aguas del Atlántico.”

Este párrafo, que parece el inicio de algún relato literario, es, en realidad, el inicio de un mensaje corporativo. Así comienza el texto que Stephen Elop, el CEO de Nokia, envió a sus empleados hace un par de meses. El texto, que se puede leer entero acá, es nada menos que el anuncio de una serie de recortes y cambios para frenar la grave crisis en la que la empresa finlandesa está metida (o para, según otras versiones, favorecer alianzas de negocios con actores más del gusto del nuevo CEO). Como sea, Elop dice que más vale tirarse a las aguas heladas que continuar como hasta ahora.
Contar historias, usar metáforas, encarnar acciones en personajes es una práctica habitual en la labor comunicativa de las empresas del mundo. Las ventajas están claras: una buena historia corporativa conseguirá lo que cualquier buena historia. En principio, cautivar a sus audiencias. Pero también mucho más: presentar ideas complejas en modos comprensibles y atractivos, mover a la acción, generar identificaciones, anticipar escenarios futuros, etc. (A quien le interese el tema, encontrará bastante bibliografía a mano. Un lugar accesible para empezar quizás sea The Leader's Guide to Storytelling: Mastering the Art and Discipline of Business Narrative, de Stepen Denning, que entre otras cosas, establece 8 modelos de historias según objetivos comunicacionales)
Sin embargo, en la Argentina esta modalidad discursiva no logra prender del todo. Ante la eventualidad de una situación como la de Nokia, un típico directivo local seguramente hubiera preferido moverse dentro de los territorios más conocidos del discurso institucional. La grave crisis que atraviesa nuestra compañía nos obliga a asumir medidas excepcionales. Algunos podrán decir que evita las ambigüedades del discurso narrativo o que se ajusta a las formalidades del espacio empresario, pero en el fondo se trata de puro hábito. No existe entre nosotros una tradición narrativa asociada a las organizaciones.
Creo que sería en beneficio de todos –de emisores y también de muchas audiencias aburridas– empezar a desarrollar una. Nuestras ideas y argumentos serán más persuasivos y llegarán a más personas si podemos ilustrarlos con ejemplos y anécdotas, si los encarnamos en personas concretas que deban atravesar obstáculos.
En estos tiempos, que favorecen la aparición de nuevas formas de liderazgo, más interactivas e inspiradoras, que prefieren conversar con sus distintos públicos antes que decirles lo que tienen que hacer, no está mal tener a mano todos los recursos comunicativos posibles.