Tiempo de memorias y balances

Termina el año y para nosotros es época de memorias y balances. Literalmente.

Desde los inicios de la consultora, allá por 2003, hemos pasado varios diciembres y eneros escribiendo reportes anuales de las compañías. Con algunas de ellas, como Petrobras, ha sido así durante los últimos siete años.

¿En qué consiste nuestro trabajo? En ayudar, desde los textos, a que la memoria se convierta en una verdadera pieza promocional de la empresa. Para eso, entrevistamos a los responsables de cada área, establecemos los hitos del año, chequeamos números, transformamos lenguaje especializado en una prosa llana, entendible para todos los públicos. Cuando todo anda bien, esa pieza promocional puede ser leída como la historia de la compañía durante ese año.

Acá pueden ver varios ejemplos de lo que se hace en el mundo y acá una de nuestras presentaciones para Petrobras, donde trabajamos segmentando contenidos, destacando información y girando temáticamente alrededor de un concepto (en esa ocasión fue el agua y llegamos a juntar más de 100 frases alusivas).

Un taller para responsables de comunicación corporativa


Este fue un año de muchos talleres. Trabajé frente a públicos variados (comunicadores, escritores noveles, profesionales), atendí necesidades distintas (argumentar, narrar, informar), continué con viejos cursos (Rojas, Uces) y relancé otros (Palermo, Divulgación en el Rojas).

Casi sin proponérmelo, tanta actividad me obligó a revisar programas y a mirar con frescura el panorama de la escritura en las organizaciones.

Una de las cosas que me resultó más evidente es la creciente variedad de estrategias textuales que los comunicadores empresarios están obligados a dominar. Ya no alcanza, por ejemplo, con traspasar recursos de la escritura periodística para ganar en claridad y atractivo. Ni siquiera con estar más o menos a tono con la redacción en las redes sociales.

Este mundo laboral, organizado cada vez más en redes -de clientes y empleados- hace casi obligatorio disponer de un menú de recursos bien variado, que se ajuste a públicos y escenarios cada vez más cambiantes y segmentados. Hay que saber qué tipo de texto escribir para cada ocasión, cada canal y cada público. Hay que ser versátil.

Por eso, con María Curubeto de la revista Imagen, estamos armando un programa dirigido exclusivamente a responsables de comunicación. La idea es revisar los fundamentos que sostienen la prosa contemporánea de las empresas y presentar estrategias de aplicación.

Tentativamente, estamos diseñando una actividad de dos encuentros que girarán sobre estos cuatro ejes:
  • Dominar los fundamentos compositivos
  • Argumentar por escrito
  • Persuadir con historias
  • Armar recorridos de lectura

La idea es circunscribirlo a responsables de áreas de comunicación interna y externa. Pronto tendremos el programa, el lugar y una fecha tentativa. Si alguno quiere más precisiones sobre los contenidos, escríbanos sin dudar a sebastian@adurizescritura.com.ar o a maria@relacionespublicas.com.

Una película sobre mala escritura

Hablando de aprender a escribir y de afrontar la opinión de los lectores, alguien salió a buscar críticos para sus textos e hizo una película documental que se estrena en estos días. Se llama Vernon Lott y su película, Bad Writing.

Ya el trailer es bueno: arranca con fragmentos de mala prosa y con imágenes de Lott en su adolescencia con aires bohemios. Enseguida se lee la frase sobreimpresa "una vez este hombre pensó que iba a ser una gran poeta". Inmediatamente salta a una imagen de él, varios años más tarde, confundido respecto de cómo operar una máquina expendedora. Y se lee otra frase: "Nunca ocurrió".

Lo que sigue son sus entrevistas a diversos escritores consagrado a quienes Lott les muestra sus poesías y conversa con ellos sobre qué es buena y mala escritura, y muchos de los mitos que rodean al oficio y a la figura del escritor.

Si alguien consigue una copia, que avise.




Kureishi reflexiona sobre los talleres de escritura



El lunes pasado di la última clase del año del taller Técnicas de Escritura del Rojas. En la devolución final, uno de las asistentes elogió lo productivo que le había resultado el trabajo grupal, un comentario que me resultó especialmente satisfactorio: mucho del trabajo del taller está estructurado en ejercicios de lectura en parejas o grupos.

Si todo va bien, los talleristas van detectando progresivamente posibilidades de mejora poniéndose en el lugar de sus lectores. Palabras y frases que convendrían podar, párrafos cuyos contenidos hay que redistribuir, ideas que sería mejor ilustrar, cosas así. La idea de fondo es que leyendo a los demás uno aprende a leerse a sí mismo.

Algo de todo esto fue abordado con mucha precisión por Hanif Kureshi en un artículo aparecido hace un par de meses en el suplemento cultural de El País. Se pregunta el escritor inglés: "¿Escribir es algo que uno hace a solas, o necesita a otros que le ayuden?"

En el proceso de responderse va encontrando algunas definciones muy precisas. Anoté dos pero hay más, tanto o más interesantes que estas:

Escribir para esconderse"Algunos se hacen escritores porque quieren ser independientes; no quieren ni ser competitivos ni depender de otros. Para ellos, escribir es un proceso de exploración de sí mismos totalmente personal, una forma de estar solos, de reflexionar sobre su vida y quizá de esconderse, mientras hablan con alguien que está en su cabeza." Daría la sensación de que Kureishi, un poco a la pasada, sanciona levemente cierto escapismo de los escritores frente a las asperezas del mundo. Si quieren ver este punto ilustrado, lean este delicioso textito de Pedro Mairal, que ironiza sobre el poder de la literatura para vengarse de una mala atención en un McDonald's.


Escribir con el lector presente

"Las conversaciones con el profesor deben servir para que el alumno se haga una idea de lo que puede pensar un lector corriente de su obra y tenga siempre presente que, en definitiva, escribe para otros. Los escritores no son exhibicionistas, sino animadores."

No es fácil incorporar esa mirada externa. Por eso trato de favorecer un crítica balanceada, que destaque también aciertos junto con las posibles deficiencias. Y trato de que todas las opiniones, tanto mías como las de compañeros, sean expresadas como un provisorio punto de vista ("a mí me parece") en reemplazo de un más conclusivo ("el texto es"). Pero aun así, por más moderadas y constructivas que sean estas opiniones, -que además siempre están referidas a aspectos técnicos del texto- son muchos quienes no toleran esa intromisión: pareciera que escriben, como denuncia Kureishi, para evitarse esas malas noticias que el mundo suele traer.
En el taller, quienes sacan provecho suelen ser aquellos capaces de sobreponerse a la frustración de comprobar que sus textos no siempre son lo que imaginaron en soledad.

Borges en las nubes

Hace poco descubrí wordle.net una página que ha hecho un arte de las nubes de texto. Literalmente. Con un mecánica muy simple, es posible introducir un texto, una dirección URL o un nombre de usuario y ¡paf! uno tiene varios diseños de nubes de palabras para elegir.

Acá tienen algunos ejemplos:

El jardín de los senderos que se bifurcan.


El Aleph.


Este blog.

Mi página de Delicious (vi bastante bien reflejado mi universo de intereses, a pesar de que no la uso muy intensamente).


Finalmente, probé con algunas poesías que me gustan pero en ningún caso el desorden de palabras fue más atractivo que el orden original.

¿García Márquez, cobani de la pluma?

Está circulando desde hace un rato, pero quizás alguno de ustedes todavía no la haya descubierto: "La cumbia gramatical" de Los Wikipedia a cargo del ex-Tinelli Yayo. Inteligente y graciosa, en la mejor tradición de las parodias de Les Luthiers.


Talleres y cursos de redacción: noviembre 2010

En curso:
Técnicas de escritura. En el Centro Cultural Ricardo Rojas. Taller cuatrimestral. Recursos y herramientas para componer mejor los textos que quieras o necesites escribir .


Próximos:
Escritura 2.0: cómo escribir en el nuevo modelo de redes sociales. Taller para comunicadores. En las UCES. 18, 24, 25 de noviembre y 1 de diciembre. Informes: posgrados@uces.edu.ar


Dos conferencias de Daniel Cassany

Días atrás, tuve la enorme fortuna de almorzar y conversar un buen rato con Daniel Cassany, el autor de la Cocina de la Escritura . Durante octubre estuvo de paso por Buenos Aires dictando un taller en la UBA y otro en Neuquén. No nos veíamos desde su última visita en 2002, ocasión de una memorable conferencia que organicé en el Rojas: “¿Cómo hacer para que la escritura nos obedezca?”.
Entre los tantos tópicos de la charla –Buenos Aires, Barcelona, la UBA, sus libros recientes, etc.- una parte de ella fue destinada a recordar aquella conferencia, un evento que terminó con la sala central del centro colmada de unas doscientas personas que le pedían desde consejos de redacción hasta su opinión sobre el Ulises de Joyce. Fue una experiencia intensa y muy divertida, tanto que impulsó a Cassany a escribir su propia crónica del evento, con los consejos incluidos.
Como una suerte de complemento de esa experiencia, Daniel me contó que hace un par de años había participado de una conferencia organizada por Andrés Hoyos, el director de la revista literaria colombiana El Malpensante. Lo habían invitado a disertar sobre un tema que habitualmente evita: literatura y escritura. Tal como le explicaron los promotores de la conferencia, muchos de los recursos y estrategias que Cassany propone son, por supuesto, aplicables a cualquier texto, incluso los literarios.
Frente a un auditorio también muy poblado, entonces, Daniel abordó el tema de la creatividad –para sacarla del dominio exclusivo de la literatura- y, tan interesante como ello, reveló algunos de los procedimientos que sostienen su propia escritura. Profundizando sus ideas de siempre, Daniel encuentra nuevos ángulos y matices para explicar la relación con los lectores –de estar cerca de ellos surgen las mejores ideas-, reafirmar el carácter comunitario de la lengua y debido a ese carácter, nuestra habilidad para reformular contenidos.
Vale la pena leer ambas crónicas, que además están escritas por Daniel mismo. La de Buenos Aires tiene consejos puntuales –cociná tus textos, convertite en un mayordomo de tus lectores, etc.- mientras que la de Bogotá los desarolla y fundamenta.
Aquellos que hayan leído y disfrutado la Cocina de la Escritura, encontrarán que ambas pueden ser deliciosos apéndices del manual. Y, por el contrario, quienes recién descubran el trabajo de Daniel pueden saborearlos como aperitivos para, en todo caso, ir después por bocados mayores.

La vida bien escrita de William Zinsser

Acabo de terminar de leer Writing about Your Life de William Zinsser. En una clásica maniobra suya, el escritor norteamericano escribe sus memorias y mientras lo hace, intercala consejos sobre cómo escribir una. (Acá van algunos ejemplos: usar como material aquello que resuene emocionalmente, no preocuparse por la opinión de familiares, encontrar un punto de vista que dé unidad a tu texto, etc.)

Pero más allá de sus aspectos prácticos, el libro de Zinsser es tan o más interesante por la historia qué cuenta: la vida de un escritor. Uno no del todo convencional, aclaremos. Zinnser, un periodista neoyorquino que ganó celebridad a partir del millón de ejemplares que vendió su libro On Writing Well, construyó una vida alrededor de las letras, pero sin tocar la literatura. Es más: fue un defensor tenaz del “non-fiction” como un género igualmente prestigioso.

Es que menos escribir literatura, Zinsser hizo de todo: trabajó como periodista en el New York Herald Tribune –el diario que tiempo después sería desplazado por un más contemporáneo New York Times-, fue articulero free-lance para revistas como Life, dio clases de redacción en Yale, se desempeño como editor de la empresa Book of the Month , y en el medio se las ingenió para ser autor de 8 libros de temas variados. Actualmente escribe una columna todos los viernes para The American Scholar y toca el piano. Bastante actividad para alguien que ya está pisando los noventa años.



Sin palabras innecesarias

Al leer su biografía, uno tiene la sensación de estar en presencia de alguien que contribuyó enormemente a afianzar la prosa clara, orientada al lector, que caracteriza al Estados Unidos de posguerra. Cómo su país por aquellos años del siglo veinte, la prosa de Zinsser es vigorosa, productiva, llana, positiva. Sus oraciones cortas y activas, sus párrafos sólidos de point sentences directas y precisas, son un buen espejo de esa sociedad optimista y triunfante, que se siente construyendo un nuevo mundo.

“¿Quién puede entender el lenguaje viscoso del comercio cotidiano de los Estados Unidos?”, escribía allá por mediados de la década de los setenta en el inicio del segundo capítulo de su libro On Writing Well. "¿Quién puede entender un memo, un reporte corporativo, una carta de negocios, una nota enviada por un banco? […] El fárrago de palabras es la enfermedad de la escritura americana. Somos una sociedad ahogándose en palabras innecesarias, construcciones circulares, adornos pomposos y jergas sin sentido”, denunciaba, entusiasmado por remover los obstáculos y posicionar la escritura como una garantía de desarrollo de una sociedad democrática.

La validez de su legado

Pero el mundo ya no es ese que Zinsser describía apasionadamente. Y aunque muchos de sus presupuestos continúen teniendo plena vigencia –la claridad, la funcionalidad de los textos, la economía de palabras, etc.-, ya empieza a haber suficiente evidencia de que no todos ellos encajan en los modelos de prosa más fragmentarios, colectivos y abiertos que caracterizan estos nuevos tiempos. Ahora, en todo caso, tratamos de armar recorridos con esos fragmentos e invitamos a nuestros lectores a participar lo más posible del proceso.

Igual, estas razones no deberían ser un impedimento para disfrutar de las pequeñas y encantadoras historias de este neoyorquino de clase media. Ahí están para nuestro placer sus anécdotas de aulas y redacciones â la Hemingway, sus semblanzas de personajes, sus reflexiones sobre el oficio. Todas presentadas con una prosa liviana y ágil cuyos mecanismos sigue valiendo la pena desentrañar.

Sí. Aunque el mundo se haya vuelto un lugar más vertiginoso, con poco lugar para comienzos, desarrollos y finales perfectamente estructurados. Aún en él, se siguen necesitando párrafos bien construidos, sin palabras de más.




Cuando te morís, ¿quién se queda con tu cuenta de Twitter?


Mathew Stibbe se hace esta pregunta en uno de los últimos posts de su blog, Bad Language.

La pregunta surgió a partir de una encuesta de la consultora inglesa Thomas Eggar que reveló que mientras que el 68 por ciento de los navegantes de Internet participa de redes sociales, sólo el 8 tenía alguna idea de lo que podía suceder con su identidad virtual o su "legado digital".

Puntalmente, Stibbe propone los siguientes ejemplos:

¿Que pasa con las fotos que subiste a Facebook?

¿Puede un agente literario tomar control de los Tweets de un escritor?

¿Puede un pariente heredar nuestra colección de música digital?

¿Los proveedores de servicios deberían automáticamente dar de baja las identidades de medios sociales cuando sus dueños mueren?

Parece haber todavía un vacío legal al respecto y servicios populares como Facebook, MySpace, Hotmail, Flickr and Gmail tienen muy distintas políticas, si es que tienen una.

El informe completo en el post de Stibbe.

Cassany en la Universidad de Tres de Febrero


Daniel Cassany está en la Argentina y el próximo 26 de octubre va a dar charla en la UNTREF sobre educación, lenguaje y tecnología. La entrada es gratuita con inscripción previa. Pueden averiguar más acá.

Talleres y cursos de redacción: agenda segundo semestre 2010


Este es el panorama de talleres y cursos de la consultora para lo que queda del año.

Finalizados:
Redacción corporativa. Con María Curubeto en la UP. Programa de redacción para comunicadores de empresas. Próximo: abril/mayo 2011

En curso:
Técnicas de escritura. En el Centro Cultural Ricardo Rojas. Taller cuatrimestral. Recursos y herramientas para componer mejor los textos que quieras o necesites escribir .

Próximos:
Escritura 2.0: cómo escribir en el nuevo modelo de redes sociales. Taller para comunicadores. En las UCES. 18, 24, 25 de noviembre y 1 de diciembre. Informes: posgrados@uces.edu.ar

Si querés averiguar más sobre cómo enseñamos a escribir, hacé clic acá.

Manual de inducción: que se parezca a tu empresa



Hace unos pocos días, terminamos de escribir un manual de inducción para una de las principales empresas de servicios de comidas de la Argentina. Para los que no lo saben, esta denominación un poco fea – eventualmente prefiero "manual del empleado" (traducción aproximada del inglés Employee Handbook) o "Bienvenido a la empresa x" o algo así)— nombra la publicación que describe una organización al nuevo colaborador.

Fue una tarea contra reloj, pero con buenos resultados: la empresa está reformulando su comunicación interna y documentando muchos de sus procesos y políticas, y se le hacía imprescindible contar con un documento madre que diera cuenta de todos ellos.

Pero más allá de especificar las reglas y procedimientos internos, el manual intentó reflejar en todos sus detalles el estilo de la compañía -en este caso, de buen clima y mucho dinamismo-, algo que es imprescindible en toda publicación, pero más todavía en una cuya misión principal es transmitir algo tan intangible como una cultura.

Por eso, suele haber manuales de empleados de distinto tipo, aunque muchos tengan elementos comunes. Desde los que son puras reglamentaciones (y penalizaciones por incumplirlas) hasta otros bien coloquiales y llanos, muy orientados a los intereses y dudas de quien recién ingresa.

Acá va uno que se aparta de la media y que pertenece a una compañía de productos agropecuarios, Channel Bio Corp (vía blog de Guy Kawasaki, que fue quien lo encontró). Empieza así:

"Este manual ha sido diseñado para informarte sobre un tema verdaderamente aburrido –políticas y procedimientos- y para tratar de evitar que te duermas mientras lo leés. "

El manual sigue en este tono, apelando constantemente a sus lectores en un lenguaje divertido y extremadamente coloquial. Obviamente, no todas las empresas van a sentirse cómodas con una propuesta como ésta, pero harían bien en asegurarse de ser claros y amables con los primeros textos que va a encontrar el recién ingresado.

Escritores fantasmas según Dilbert

Dilbert.com

Traducción:

Cuadro 1: Estoy asignando un escritor fantasma para mejorar tu primer borrador.

Cuadro 2: Técnicamente, todavía no es un fantasma. Es simplemente un tipo que perdió una pelea de cuchillos.

Cuadro 3:

-Cuánto tiempo voy a tener que esperar?
-Si estás apurado, guialo hasta la ventana.


(Un poco surrealista, pero me gusta. Vía copywriterunderground.com)

Mañana, taller de redacción en la UP

Mañana, 1 de septiembre, repetimos con María Curubeto el taller de Redacción Corporativa en la Universidad de Palermo. Nos fue bien en la primera edición a principios de año, así que nos convocaron para que lo volviéramos a dar en el segundo semestre.

Como siempre, vamos a pensar un poco como escriben las organizaciones argentinas (ver el post anterior) y fundamentalmente trabajaremos sobre recursos de composición y edición. Ojalá que resulte de nuevo una linda experiencia como la última.

Acá, más información.

Vertical, horizontal y 2.0: 3 modelos de empresa, 3 modos de escribir

En el post anterior hacía referencia a cómo las empresas argentinas promueven un modelo de prosa que se ajuste a sus características y necesidades. Una especie de dime cómo escribes y te diré en qué tipo de empresa trabajas.

Este breve listado de características puede ayudar a identificar de qué estoy hablando.

Empresa vertical:

-El emisor es más importante que el destinatario.
-Valores: corrección gramatical, formalidad.
-Géneros típicos: comunicados, cartas, memorandos, minutas, informes.
-Estilo: "empresario", formal.
-Frase clave: "Un error de ortografía puede arruinar la imagen de la compañía."


Empresa horizontal:

-El lector es tan importante como el emisor.
-Valores: legibilidad, persuasión.
-Estilo: llano, atractivo, "con gancho".
-Géneros típicos: notas, artículos, gacetillas de prensa, presentaciones.
-Frase clave: "Los buenos textos favorecen la gestión"


Empresa 2.0:

-El lector construye el texto con el emisor.
-Valores: interactividad, brevedad, apertura, combinación multimedia.
-Estilo: informal, conversacional, breve, desprolijo, vinculado.
-Géneros típicos: posts, tweets, comentario.
-Frase clave: "Esto lo vamos armando entre todos".

Creo que entender cuál es el estilo imperante de las compañías en las que trabajamos puede, entre otras cosas, ayudarnos a sortear algunas de las tensiones que habitualmente aparecen en torno a los textos empresarios.

Por poner un ejemplo, quizás invocar un lector apurado pueda hacer que un viejo gerente nos permita dar vuelta oraciones pasivas y podar eventuales giros innecesarios. Y mostrarle otros valores además de la corrección ortográfica pueda ayudar a que no se enemiste tanto con las desprolijidades de la nueva escritura de Internet.

El castellano antiguo contenía numerosas faltas de ortografía


Una noticia del Mundo Today, un sitio español que acabo de descubrir por casualidad. A lo revista Barcelona, son capaces de reirse de cualquier cosa. Estas "noticias" del escritor Vila-Matas me causaron mucha gracia también.

Talleres y más talleres

En los últimos tres meses estuve dando muchísimo talleres. A lo habituales en la Maestría de Comunicación de la UCES y en el Rojas, se sumó uno nuevo con María Curubeto en la Universidad de Palermo. Pero fundamentalmente tuvimos muchas actividad dentro de empresas.
En ellas estuve frente a públicos bien variados: el equipo de márketing de una compañía industrial, los comunicadores de una concesionaria del estado, los responsables de una revista interna de una administradora de salud, por nombrar los más importantes y los más numerosos.
Muchas de las situaciones que se presentaron formaron parte de lo habitual. Enumero algunas: la avidez por incorporar recursos técnicos que permitan resolver rápido y bien los encargos de escritura, la tensión que sobrellevan muchos escritores corporativos tratando de satisfacer simultáneamente a sus fuentes y a sus lectores, el descubrimiento de que los contenidos se repiten pero los géneros cambian, y hasta cuestiones menores como el mal uso de mayúsculas.

Pero si se quiere, la novedad de esta última tanda de talleres es comprobar cómo actualmente conviven tres modos de escribir en las empresas argentinas. ¿A que me refiero? A que el estilo de la prosa varía según la empresa responda a un modelo de gestión más vertical y mecánico o más horizontal y orgánico.
Para decirlo rápido: a más antiguo el modelo de la empresa, más importante es el texto como reflejo del emisor. A más actual, más importante como herramienta de gestión.

En el primer caso, el énfasis está puesto en conseguir una prosa empresaria, formal, sin errores. En el segundo, lo que importa es la legibilidad del texto y que se adapte a los requerimientos de sus lectores.

Y ya empieza a notarse un tercero, propio del modelo 2.0, donde lo que importa es que los textos convoquen a la participación.

Tu estilo, ¿al de qué escritor se parece?

No parece algo muy serio, pero no deja de ser divertido. ¿Quieren saber a quien se parecen escribiendo? Entren acá.

Según los resultados, el texto central de http://www.adurizescritura.com.ar/ fue escrito en el estilo de Nabokov y el post anterior a éste, en el de Mark Twain.

Un libro de tipografías y un blog de libros bellos


Esto es algo así como una excusa para recomendar un lugar de objetos lindos. Se trata de Books By It's Cover, un blog de Julia Rothman que reseña libros que se destacan por la belleza de su diseño. Puntulamente, en estos días se ocupa de uno de tipografías Type: A Visual History of Typefaces and Graphic Styles, Vol. 1.

Disfruten.


Con su blog de corresponsales, el Santander Río se mete en el futuro de la comunicación interna


A finales del año pasado y a principios de éste participamos bien de cerca en la puesta en marcha de un blog interno del Santander Río. La experiencia, desarrollada junto a la gente de Comunicación Interna, resultó muy valiosa: pudimos poner en práctica muchas de las ideas e intenciones que habíamos venido desarrollando en los últimos tiempos. Y, como yapa, comenzar a entrever cuál puede llegar a ser nuestro rol futuro como proveedores de contenidos de empresas y otras organizaciones.



En este caso, el blog fue originalmente pensado como un espacio de encuentro para una comunidad interna del banco, los corresponsales. Como su nombre lo sugiere, los corresponsales de Santander Río son empleados de sucursales y otras áreas del banco que además de ejecutar sus tareas habituales, comunican. En esta definición general puede estar incluido algo sencillo como pegar un afiche enviado desde casa central o algo más complejo como ayudar a coordinar a su jefe algún evento en el área.

Desperdigados por todo lugar donde el Santander Río está presente -es decir, a lo largo y ancho del país-, los 300 corresponsales tendían previamente a ver su rol de un modo limitado. Básicamente, como ejecutantes pasivos de las acciones que venían del área central, sin tampoco demasiada conciencia de que existieran otros personas desarrollando tareas similares en el banco.

Justamente, el blog ayudó a proveerlos de una identidad comunitaria y favoreció que se vieran a si mismos- uno de los principales objetivos de la nueva herramienta- como transmisores de la cultura organizacional, y como empleados especializados que comparten conocimiento y buenas prácticas.

Hasta ahora la experiencia ha superado las expectativas de arranque. El blog rebosa de comentarios, presentaciones espontáneas y ha cumplido con su rol de apuntalar una comunidad de trabajo. Los miembros no sólo sienten prestigiado su rol, sino que ejecutan sus tareas más fluidamente.

¿Cual es nuestra participación? Ha sido de dos tipos, fundamentalmente.

Por un lado desarrollamos contenidos que fortalecen sus competencias comunicativas: subimos, por ejemplo, consejos para escribir textos breves, ilustrar fotográficamente un evento o titular con gracia.

Y por otro, desarrollamos contenidos varios para ayudar a comprender y fortalecer el nuevo rol: desde consignas para que la gente exprese sus preferencias a la hora de comunicar hasta rastrear historias de corresponsales alejados geográficamente pero cerca por gustos y tareas comunes.

En cualquier caso, los comunicadores del banco, los corresponsales y nosotros resultamos todos integrados en una experiencia más que interesante. La gestión de las empresas futuras va a necesitar de personas que manejen información con una naturalidad que hoy parece reservada a los especialistas. Es reconfortante participar de los primeros anticipos de eso.

Una buena lista de consejos


No soy muy amigo de los decálogos de consejos: en escritura, al menos, suelen reducir cuestiones que generalmente son más complejas.
Pero acá encontré uno que me gusta: 10 reglas de escritura que no podés romper...y cómo romperlas. Me gusta, justamente, porque pone en evidencia que las cosas nunca son muy lineales.

Acá van un par de ejemplos.

-Usá palabras de todos los días, pero también palabras grandiosas. (No vayas por ahí haciendo búsquedas en el diccionario, pero cuando se te aparezca una buena palabra grande, usala.)

-Escribí títulos excitantes, pero no firmes cheques que no puedas pagar. (En el original, Don’t Write Checks Your Butt Can’t Cash. )

Curiosamente, o no tanto, el autor de la lista es el responsable del blog On Violence, Eric Cummings, que junto con su hermano asumen posturas distintas frente al tema: uno es pacifista y el otro es un soldado.

Para antecedentes ilustres de listados dilemáticos, siempre se puede, por supuesto, recurrir al que escribió un argentino.

Prestá atención a los géneros que escribís

A mediados de diciembre estuve dictando un taller de webwriting en la Maestría de Comunicación de la UCES. El taller, que era optativo, tuvo un concurrencia de alrededor de 20 comunicadores de distintas procedencias y prácticas laborales: gente del periodismo, marketing, diseño, tanto del ámbito privado como del público.

Una gran parte del taller estuvo dedicada, lisa y llanamente, a escribir posts. Y algo que reveló esa practica fue como cada post denunciaba el género que cada especialista manejaba con más frecuencia. Si, por ejemplo, la persona era un comunicador externo de empresas iba a tender a estructurar su post como una gacetilla de prensa y a dotarlo de un tono neutro e informativo. Si, por el contrario, se especializaba en comunicación interna, probablemente lo iba a dotar de ese tono arengoso que caracteriza a muchos de los comunicados internos locales. Y así con artículos, avisos, ¡cartas! o el tipo de texto que el comunicador escribiera con más habitualidad.

Más allá de cuáles sean las características de un post en tanto genero textual -acá, acá y acá pueden encontrar reflexiones al respecto-, lo que me pareció interesante de la experiencia fue comprobar qué tanto nuestra escritura puede estar reducida por el manejo de aquellos géneros en los que nos sentimos más seguros.

Estar advertidos de este fenómeno, creo, puede ayudarnos a construir un perfil de escritor más versátil, capaz de circular más fluidamente por estructuras y formas textuales diversas. Y a la vez, puede ofrecernos una clave de cómo abordar un tipo de texto desconocido: sea que estemos frente a un cuento o a un instructivo empresario, una de las tareas que nos facilitará el aprendizaje es descubrir cuales son sus características comunes.

Relanzamos el newsletter interno de La Mercantil

Después de dos años, rediseñamos el Informate, el newsletter interno de La Mercantil.

La principal novedad, dentro de lo que el formato permite, es que lo dotamos de mayor interactividad. Cada edición ofrece a los lectores una encuesta y la posibilidad de comentar las notas.

Y en lo que se refiere al diseño, tratamos de establecer una continuidad entre la versión anterior -más blanda y dominada casi exclusivamente por temáticas de RRHH- a la actual que intenta reflejar toda la actividad de la compañía, incluida su actividad comercial.

Luego del primer número y si se mide por el entusiasmo para contestar la encuesta y opinar sobre las notas, la respuesta ha sido excelente.

En marcha

El tiempo pasa rápido. Este post estaba pensado para los primeros días de enero, pero un par de cosas que conspiraron para que saliera en esa época

Por supuesto, el trabajo. El final de 2009, además de la actividad estacional -en nuestro caso, el trabajo con la redacción de memorias y balances- coincidió con la renovación y el lanzamiento de publicaciones y proyectos de nuestros clientes. Entre ellos, una revista mensual interna y digital y un blog para corresponsales para el Santander Río, y un newsletter mensual para La Mercantil. De ellos, nos iremos ocupando en el transcurso de los días.
Y a todo eso se sumaron cambios en el plantel de la consultora. Tuvimos salidas e incorporaciones que apenas tengamos tiempo reflejaremos en nuestro sitio.
Un comienzo de año movido, como verán.